A pesar de los avances, la inclusión laboral sigue siendo una tarea pendiente en Chile. Según la Encuesta ENDIDE, menos de la mitad de los adultos con discapacidad participa en el mercado laboral formal, y solo tres de cada diez empresas cumplen con la Ley 21.015, que exige reservar al menos un 1 % de sus puestos para personas con discapacidad.
En ese contexto, el Seremi del Trabajo de la RM, Andrés Arce, reveló en la ceremonia de inauguración de los nuevos edificios de la Fundación Tacal, en Independencia, la magnitud de las sanciones cursadas desde 2019 por la Dirección del Trabajo a empresas que no han cumplido las normativas de inclusión. “Son $7.000 millones por no tener gestor de inclusión, no contar con planes actualizados y no cumplir con el 1% que exige la ley laboral”, señaló.
Por su parte, la fundadora y presidenta de Fundación Tacal, Andrea Zondek, recordó que casi dos millones de personas en Chile viven con alguna discapacidad funcional, una cifra que aumenta con la edad.
“Seguimos tratando la discapacidad como algo anecdótico o asistencial, y no como una condición humana que requiere igualdad de oportunidades”, sostuvo. “Mientras la educación y el trabajo sigan siendo privilegios para unos pocos, la inclusión no será real. La ley fue un gran avance, pero no basta con cumplirla por obligación. La inclusión no es caridad, es justicia y también inteligencia empresarial”, enfatizó.
De acuerdo con el Censo 2024, un 11,1 % de la población chilena —casi dos millones de personas— vive con alguna discapacidad funcional.
*Un futuro inclusivo*
La inauguración de los nuevos edificios marca un hito en la historia de Fundación Tacal, institución que ha transformado la vida de miles de personas con discapacidad en Chile. Lo que comenzó en 1985 como un pequeño taller en una casa de adobe, apoyado por el Hogar de Cristo y Cáritas Chile, formando a cinco jóvenes con discapacidad, hoy se ha convertido en un referente continental en inclusión laboral. Actualmente, cerca de 3.000 egresados de la fundación cuentan con contratos indefinidos y contribuyen activamente a sus hogares como cualquier otro trabajador.
El acto inaugural incluyó el corte de cinta de los dos nuevos edificios, diseñados por el arquitecto Gonzalo Mardones y conectados por el “puente crepuscular”, una obra inspirada en el poema de Pablo Neruda y construida por el artista Francisco Gacitúa. En este nuevo espacio se capacitan cada año alrededor de mil personas en oficios y competencias que van desde el embolsado hasta el manejo de inteligencia artificial.
Reconocida como la institución con mayor experiencia en inclusión laboral en América, Tacal fue destacada en 2016 por Naciones Unidas entre las 25 organizaciones con mejores prácticas a nivel mundial. Su presidenta, Andrea Zondek, ha sido ampliamente reconocida por su liderazgo y aporte en el ámbito de la inclusión.
“El nuevo edificio representa el futuro, un lugar donde no exista nadie que no quiera venir a capacitarse, un espacio donde cada persona podrá desarrollar sus talentos, aprender un oficio y encontrar acompañamiento para insertarse laboralmente”, afirmó Zondek. “Después de 40 años, seguimos convencidos de que la inclusión laboral cambia vidas, familias y empresas. Pero sobre todo, cambia la mirada de un país”, recalcó.
*Un legado que cambió vidas*
La historia de Tacal comenzó cuando Andrea Zondek, entonces terapeuta ocupacional en un hospital, visitó a personas recientemente rehabilitadas y observó que muchas estaban deprimidas y no utilizaban sus prótesis. “Habíamos invertido tanto en su rehabilitación física, pero nada en su reintegración real a la vida laboral. Fue en ese momento cuando entendí que el problema no estaba en ellos, sino en el entorno que los excluía”, recordó.
Esa experiencia la llevó a fundar el Taller de Capacitación Laboral Tacal, logrando su primera colocación laboral en 1989 y obteniendo personalidad jurídica en 1993.
Entre los primeros cinco jóvenes que llegaron a capacitarse estuvo Rodrigo Aguirre, quien asistió a la ceremonia de inauguración y compartió su testimonio. Contó que la formación recibida en Tacal le permitió acceder a un empleo estable y construir su futuro. Hoy trabaja en la constructora Almagro, donde es altamente valorado. “No escribo ni leo, pero tengo dos hijos que son ingenieros, y una nieta que es la mejor de su curso”, dijo con orgullo.
A la actividad asistieron también la Directora Nacional del SENCE, Romanina Morales; el Director Regional Metropolitano del SENCE, Alejandro Fernández; el dueño del restaurante inclusivo Castillo Forestal, Nicolás Samson; representantes de Vitel, OTICs y diversas empresas que colaboran con Fundación Tacal.
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