By Marienny
Mejía Peña
Una buena razón para desayunar es el beneficio intelectual que recibimos.
Otra razón es el
daño que provocamos en nuestro cuerpo con el ayuno mañanero.
El Proceso:
Suena el despertador y el cerebro empieza a preocuparse:
'Ya hay que levantarse y nos comimos todo el combustible'.
Llama a la primera neurona que tiene a mano y manda mensaje a ver qué disponibilidad hay de glucosa en la sangre. Desde la sangre le responden:
'Aquí hay azúcar para unos 15 a 20 minutos, nada más'.
El cerebro hace un gesto de duda, y le dice a
la neurona mensajera:
'De acuerdo, vayan hablando con el hígado a ver qué tiene en reserva'.
En el hígado consultan la cuenta de ahorros y responden que 'a lo sumo los fondos alcanzan para unos 20 a 25 minutos'
'De acuerdo, vayan hablando con el hígado a ver qué tiene en reserva'.
En el hígado consultan la cuenta de ahorros y responden que 'a lo sumo los fondos alcanzan para unos 20 a 25 minutos'
En total no
hay sino cerca de 290 gramos de glucosa, es decir, alcanza para 45 minutos, tiempo en el
cual el cerebro ha estado rogándole a todos los santos a ver si se nos ocurre
desayunar.
Si estamos
apurados o nos resulta insoportable comer en la mañana, el pobre órgano
tendrá que ponerse en emergencia: 'Alerta máxima: Cortisona, hija, saque lo que pueda de
las células musculares, los ligamentos de los huesos y el colágeno de la piel'
La cortisona pondrá en marcha los
mecanismos para que las células se abran cual y dejen salir sus proteínas.
Estas pasarán al hígado para que las convierta en glucosa sanguínea. El proceso
continuará hasta que volvamos a comer.
Lo que
sucede en realidad es que se come sus propios músculos, se auto devora. La consecuencia es la pérdida de tono muscular, y un cerebro
que, en vez de ocuparse de sus funciones intelectuales, se pasa la mañana
activando el sistema de emergencia para obtener combustible y alimento.
¿Cómo afecta eso nuestro peso?
Al comenzar
el día ayunando, se pone en marcha una estrategia de ahorro energético, por lo
cual el metabolismo disminuye. El cerebro no sabe si el ayuno será por unas
horas o por unos días, así que toma las medidas restrictivas más severas.
Por eso, si la persona decide luego almorzar, la comida será aceptada como excedente, se desviará hacia el almacén de'grasa de reserva' y la persona engordará.
Por eso, si la persona decide luego almorzar, la comida será aceptada como excedente, se desviará hacia el almacén de'grasa de reserva' y la persona engordará.
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