COMER SANO NO ES CARO Y TE DECIMOS POR QUÉ

By Kareem Marcano
@nut.KareemMarcano

A menudo, cuando se piensa en comer saludable, se tiene la creencia que esto supone un mayor costo que llevar una alimentación tradicional, siendo esta una de las principales razones por la cual muchos individuos no optan por tener una alimentación más sana. Dicha creencia se basa en el hecho de que para comer sanamente se requiere comprar todos los alimentos, o gran parte de ellos, orgánicos o biológicos. Además, se consideran como indispensables los llamados “superalimentos” tales como la chía, la quinoa, las goji berries, etc., y todos aquellos productos alimenticios catalogados como “saludables”. Entre ellos se encuentran los productos “light”, “sin grasa”, “bajos en grasa”, “sin azúcar”, “sin gluten”, etc., y productos como las barritas de granola, las tortitas de arroz integral inflado, el chocolate negro, las papitas horneadas, las galletas integrales y muchos más.

Si bien es cierto que muchos de los alimentos y productos anteriormente mencionados son saludables, ninguno de ellos es indispensable para comer sano y, por lo tanto, no es necesario comprarlos. En el caso de los alimentos orgánicos, es bien sabido que estos pueden costar tres veces lo que cuesta un alimento convencional o incluso más. Sin embargo, para comer más sano, basta con aumentar la ingesta de frutas, vegetales, legumbres, cereales integrales, etc., y preferir proteínas magras (pechuga de pollo, lomo de res, pescado, etc.), independientemente de su forma de producción. Por su parte, los “superalimentos” no son más que alimentos con bastante publicidad, los cuales, a pesar de ser muy saludables, no son imprescindibles para llevar una alimentación sana, puesto que esta puede basarse perfectamente en los alimentos que hemos consumido toda la vida como huevo, pollo, avena, batata, maíz, tomate, cebolla, manzana, melón, etc.

Con respecto a los productos alimenticios, aunque suelen hacer la alimentación más variada, estos no son indispensables para comer saludable ya que la alimentación sana se basa en un mayor consumo de alimentos naturales que de productos como tal. Sin embargo, si se desea comprar alguno, basta con adquirir ciertos productos básicos como pan integral, pasta integral, tortilla integral, queso bajo en grasa, tuna, cacao en polvo, aceite de oliva extra virgen, entre otros. Por lo tanto, no es necesario comprar papitas, barritas, galletas, granola, etc., que son básicamente un antojo y mucho menos aquellos productos denominados “light”, “sin grasa”, “bajos en grasa”, “sin azúcar”, “sin gluten”, etc., que suelen ser, en su mayoría, poco saludables. Cabe destacar, que, si se quiere consumir una papita, galleta o postre sano, siempre será más económico y saludable hacerlo en casa.

Ahora bien, es cierto que todo producto sano es más costoso que su versión tradicional, por ejemplo: el pan integral (RD$124 media viga) es más costoso que el pan blanco (RD$94 media viga). No obstante, también es cierto que es mucho el dinero que se ahorra al comer sano, el cual se puede utilizar para comprar algunos productos saludables y las proteínas magras (pechuga de pollo, lomo de res, pescado, etc.) que también suelen ser algo costosas. Tal ahorro se produce al dejar de comprar comida en la calle, reducir el consumo de bebidas azucaradas (jugos, refrescos, aguas saborizadas, etc.), bebidas alcohólicas, las cuales son en su mayoría costosas, frituras, que conllevan un gran gasto de aceite, embutidos, productos poco saludables como mayonesa, margarina, papitas, galletas, helados, dulces, etc. También al consumir los alimentos en las porciones adecuadas, al evitar repetir a la hora de comer y al comer sólo en momentos específicos y no a cada rato.

Además de este ahorro, existen ciertas estrategias que podemos hacer para economizar aún más a la hora de comer saludable. Lo primero es preferir comprar en los mercados que, en los supermercados, pues los primeros suelen vender casi todo más barato que estos últimos. Lo siguiente sería hacer un menú con las comidas que se harán cada semana o cada quincena y basado en ese menú, hacer una lista de compras para evitar así comprar alimentos de más. Sumado a esto, es mejor comprar alimentos de temporada y del país donde vivimos, que siempre serán más económicos que aquellos que no son de temporada o que son importados. Adicionalmente, debemos evitar los alimentos precocinados, prelavados, pelados, cortados y empacados al vacío, etc., y preferir preparar los alimentos desde cero. Finalmente, es importante recordar que la compra debe estar compuesta, en su mayoría, por alimentos naturales que suelen ser mucho más baratos y saludables que los productos alimenticios.

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