Familia perdió todo por choque


SD. Gilda Bautista, la madre de Julissa, la niña de ocho años de edad que murió tras el choque de una patana contra una vivienda en cuyo patio se encontraba jugando, no asimila aún la trágica muerte de su hija mayor.

La situación es similar en la familia de Antony Fernández, el adolescente de 15 años, quien también murió en el hecho ocurrido el pasado lunes cuando la patana chocó la vivienda, ubicada en la a avenida Francisco Alberto Caamaño Deñó, en el sector La Ciénaga.

En la casa había un centro de Internet y un colmado y los niños estaban jugando parché en el patio al momento de la tragedia.

Desde esa tarde, Gladys, tía abuela de Julissa, dice ni come ni duerme, porque su mente solo revive las horas de angustia de su sobrina y el cuerpo destrozado de la niña rescatado de los escombros.

"Desde ese día Gilda anda como hipnotizada, por las inyecciones que tenemos que ponerle para dormir", dijo Gladys.

Ayer el ambiente en la casucha de July, como le llamaban sus amiguitos, era sombrío como el futuro emocional de la madre.

Hasta la fecha ninguna autoridad, ni representantes de la compañía han ido al lugar a interesarse en la suerte de los afectados, mientras vecinos amenazan con protestar en las calles.

Herido mejora

La salud de Jansel Montero Meléndez, de 12 años, ingresado en el hospital Darío Contreras, por las heridas que sufrió en el choque, mejora y hoy podría ser sacado de cuidados intensivo.

Sus padres, Keila Meléndez y Yaqui Montero, propietarios de la vivienda accidentada, están en la intemperie, y solo rezan por la salud del hijo y porque alguna institución, les ayude a reconstruir su casa y negocios.

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