Elsa Núñez, o las estancias del sueño


SANTO DOMINGO. De la figuración expresionista, con acentos de Renoir, o guiños de Chagall, al abstraccionismo de sus más recientes obras, cabe el espacio de medio siglo en la vida de una de las artistas plásticas más importantes de la cultura dominicana de todos los tiempos: Elsa Núñez.

Quizás comparable con lo que en la poesía caribeña es la obra de Fina García Marruz, el conjunto de la obra de Elsa Núñez es uno de las más interesantes monumentos al sentido de los colores por estos lares.

No se exagera. Cuando pasen 50, 100 años más, su obra será vista como uno de los ejercicios más atractivos de la creatividad de este medio siglo y lo que falta.

"Elsa Núñez: 1962 Retrospectiva 2012", con curaduría de Amable López Meléndez, se muestra en el Museo de Arte Moderno desde la pasada semana. Unas 130 obras de distintas etapas creativas son reunidas por primera vez en esa importante institución cultural. Dieciséis obras de la década de los 60, comenzando con "Mujeres tristes"; 37 obras de la década de los 70; 21 de los 80; 15 que fueron creadas en los 90; 15 de la primera década del actual siglo, y 31 del 2010 a la fecha, cerrando con "Mi orquídea", integran esta amplia mirada a la huella pintada hasta el momento por Elsa Núñez.

Las temáticas son diversas, pero dentro del conjunto reunido sobresalen la presencia femenina, la contemplación de la realidad desde una óptica intimista, flores, animales como esos unicornios azules, bodegones y otros acercamientos. Diferentes son las técnicas y los formatos de las obras reunidas.

Una retrospectiva de este tipo viene siendo lo que en literatura se llama antología. Reunirlas no fue fácil, y María Elena Ditrén, directora del MAM, agradeció a los numerosos coleccionistas e instituciones que cedieron las obras para formar parte de esta exposición que debe ser visitada por todo aquel que se interese en las artes plásticas, ya sea artista, estudiante, investigador, crítico o simple amante de las artes. Porque en ella está atesorada una huella importante de las artes visuales dominicanas.

En esta celebración, es Elsa quien celebra la luz, el lirismo de las líneas, la existencia de los colores, las texturas, los volúmenes. Y celebra eso que llamamos Poesía y que tiene que ver con su concepto de vida.

Es lógico que a partir de este momento sus obras adquieran nuevo valor. Y su magisterio sea también más marcado en las nuevas generaciones.

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