El megaproyecto de Manzanillo puede destruir la reserva natural de República Dominicana?

La República Dominicana está fundada sobre un territorio inmensamente rico. No solo por sus maravillosas playas de aguas cristalinas, sino además por su reserva natural de bosques, humedales, manglares y vida silvestre. Todos, con un importante valor ambiental para la vida en la tierra y la subsistencia del ser humano.

No obstante, es bastante lamentable que, a pesar de las normativas existentes para cuidar el medio ambiente, en el país se siga vulnerando el valor de la naturaleza: se construyan infraestructuras que destruyan los recursos naturales y se permitan proyectos que, a la larga, generen más daños que beneficios.

Estamos hablando del megaproyecto de energía eléctrica de Manzanillo. Una inversión que supera los US$1,750 millones de dólares que contempla la construcción de dos plantas de generación de energía y una terminal de gas natural. Así como se plantea, el proyecto parece revolucionario para el país; sin embargo, poco se habla del terrible daño que puede causar directamente sobre la Bahía de Manzanillo, donde se ubican refugios silvestres como el Parque Nacional Montecristi, conformado por el Parque Nacional de Manglares Estero Balsa y otros bosques y humedales considerados territorios Ramsa.

Pero esta no es la única amenaza que enfrentan los manglares, hace poco el Gobierno debió paralizar la construcción de un muro fronterizo en la Laguna Saladilla que buscaba la separación de República Dominicana de Haití. La construcción de este muero resultaba más perjudicial que beneficiosa debido a la inmensa cantidad de manglar que estaba siendo afectado y al incumplimiento de las leyes ambientales.

Una amenaza ambiental

Ahora bien, si un proyecto de esta magnitud fue cancelado, ¿Por qué no se actúa a tiempo con el megaproyecto de Manzanillo? Especialmente, si tomamos en cuenta que uno de los consorcios detrás de esta obra es Manzanillo Gas & Power, integrado por Haina Investment Company (HIC), Shell Gas & Power Development (Shell) y Energía de las Américas (ENERLA). Y entre todos estos destaca Shell. Sí, una de las multinacionales más contaminantes de todo el mundo.

Shell destaca por varias denuncias en Nigeria, el Parlamento Europeo e Inglaterra por sus acciones dañinas contra el medio ambiente y la lentitud con la que transita hacia una política de energía limpia y ecosostenible. Antecedentes que siembran preocupación sobre el destino de nuestros recursos ambientales, especialmente la reserva de manglares de Montecristi que podría terminar siendo destruída para beneficio de intereses comerciales.

A todo esto debemos considerar que el tipo de operación que plantea Manzanillo Gas & Power es una generación a base de gas natural. Un combustible fósil que ya está dejando de ser utilizado por muchas naciones del mundo debido a la contaminación del aire y suelos que puede causar. Y la Bahía de Manzanillo, ubicada a pocos kilómetros de esta gran construcción podría ser la principal afectada, ocasionando la destrucción masiva del mangle.

Sin embargo, las consecuencias del uso de gas fósil no solo se sienten en el medio ambiente, también en la salud de las personas: el 18% de las muertes anuales prematuras (8,7 millones de muertes) en el mundo se debe a las partículas generadas al quemar combustibles fósiles, según un reciente estudio de la Universidad de Harvard, la de Birmingham y el London College.
Estos deberían ser datos suficientemente valiosos para reconsiderar el megaproyecto de Manzanillo, porque más que generar energía, estaría generando la destrucción de los recursos naturales de República Dominicana, poniendo en peligro las especies silvestres y la vida humana. ¿Vale la pena acabar con nuestros manglares y la riqueza de nuestro territorio solo por la posibilidad de tener energía eléctrica más barata?

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