Avril Lavigne repasa sus fracasos matrimoniales y su actual amistad con sus dos exmaridos.

By Carlos Hernandez 
@CAHG_26

La precocidad podría ser una de las mejores maneras de definir la vida y la carrera de Avril Lavigne: con apenas 18 años se convirtió en un fenómeno a nivel internacional tras la publicación de su álbum debut 'Let Go' y en esos primeros doce meses de meteórico ascenso a la fama comenzó una relación sentimental con el que se convertiría en su marido número uno, el líder de Sum 41 Deryck Whibley. Siguiendo esa misma línea, para el momento en que cumplió los 33 la intérprete -que entre 2013 y 2015 estuvo casada con el cantante de Nickelback Chad Kroeger- ya tenía a sus espaldas dos divorcios y una crisis profesional motivada por la enfermedad de Lyme que la mantuvo postrada en una cama durante dos años y alejada de los focos de la atención mediática otros cuatro.

Sin bien es cierto que esa trayectoria repleta de luces y sombras no es demasiado inusual en antiguas estrellas adolescentes como ella, lo que ya no resulta tan común es que accedan a hablar de esos fracasos sentimentales con total naturalidad y, en su caso, sin pizca de arrepentimiento.

Cuando Avril anunció su primera separación utilizando la manida expresión a la que suelen recurrir las celebridades en los comunicados acerca de sus rupturas, reiterando el respeto mutuo que sienten el uno por el otro y su intención de conservar una bonita amistad, ella lo decía muy en serio. De hecho, el exmatrimonio tiene dos tatuajes a juego que se hicieron durante la fiesta por el 30 cumpleaños del roquero tras su divorcio.

"Amo el amor", se justifica ella. "Mi postura al respecto es que me casé con mis novios de toda la vida", apunta en una nueva entrevista a Billboard, en la que define a Whibley como "el típico buen chico canadiense". "Cada vez que veo esos ojos... es como... una sensación agridulce", reconoce.

Con su segundo y, hasta la fecha, último marido también mantiene un estrecho vínculo y Kroeger ha colaborado incluso en varios de los temas del próximo álbum de la artista. A él también le define como un "gran tipo, también canadiense" y recuerda que cuando se conocieron en 2012 para colaborar juntos a sugerencia del entonces mánager de ella, no buscaba precisamente una pareja. Pero el destino tenía otros planes.

"Ha compuesto un montón de sencillos muy populares. Toca la guitarra... Va a ser genial. Eso es lo que pensé. Un mes después, tenía un anillo de 14 quilates en el dedo", recuerda divertida, antes de desvelar cómo supo que estaba de nuevo 'en problemas' cuando él se presentó en su primera sesión en el estudio de grabación con una botella de vino de 3.000 dólares. "Me dije: '¿Me acabo de enamorar?'".

Fuente:msn.

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