By Milciades V. Lembert
@milciadesvlembert
Mucho se ha escuchado
sobre “Liderazgo”, que podría definirse como una herramienta
oportuna, que permite influenciar a los demás, de cara a trabajar
entusiastamente para el alcance de un objetivo común. Siempre pensamos en
emprender, dirigir proyectos, crear y guiar seguidores, pero te has
hecho la siguiente pregunta: ¿Tengo influencia sobre mí?, seguramente
tu respuesta será un ¡Sí!, pero en todo caso te invito a reflexionar
sobre el particular.
La verdad es que, para asumir
un autoliderazgo, lo primero es concienciarse acerca de que soy responsable de
todo lo que me sucede, tanto de mis acciones, como de mis resultados.
El autoliderazgo versa sobre reflexionar acerca de sí mismo, y hacerse
preguntas tales como: ¿Quién soy? ¿Cuáles son mis sueños? ¿Cuáles son
mis fortalezas y debilidades? ¿Cuál es mi proyecto de vida? ¿Cómo me veo en 5,
10 o 15 años?
Cuando algo nos afecta, somos
dados a culpar a los demás y no a hacernos cargo de nuestras decisiones en la
vida. No confrontar nuestros problemas y actuar en calidad de victima asumiendo
un papel de inferioridad, denota un nivel escaso de
autoliderazgo.
Para desarrollar éste de
manera efectiva, y de cara al éxito, es necesario trabajar los siguientes
aspectos:
Motivación:
Muchas veces queremos obtener un resultado, pero no estamos lo suficientemente dispuestos a luchar de manera entusiasta y constante por él. Esto sucede porque el deseo de acción no llega solo, hay que probar de manera invertida, primero accionar y el deseo de seguir luchando por el alcance de tus objetivos suscitara de manera accesoria.
Prémiate a ti mismo, es una estrategia interesante de motivación, pues te mantendrá empeñado en el alcance de las metas propuestas para satisfacer un deseo o necesidad.
Reconociendo interior:
Es importante evaluarnos, y
trabajar en el fortalecimiento de nuestras debilidades. La actitud es
determinante en nuestro éxito o fracaso, en tal sentido debemos enfocar de
manera positiva el binomio Pensar-actuar, bajo la premisa de que
somos lo que pensamos, es indispensable hacer una introspección y reflexionar
sobre las cosas que debemos cambiar para mejorar.
Escuchar:
Somos dados a escuchar para
responder, no para comprender y esta es una de las grandes debilidades del ser
humano. Las críticas, sean destructivas o constructivas hay que escucharlas y
asumirlas como oportunidad, porque nos permiten visualizar actitudes
que asumimos y no somos capaces de reconocer por sí mismos.
Autoconfianza:
Cuando hablamos de
autoconfianza, nos referimos a un convencimiento interior de que estamos aptos
y tenemos todas las demás condiciones necesarias para alcanzar de manera
exitosa los objetivos planteados. Confiar en nosotros mismos es clave en el
autoliderazgo.
Manejo de las emociones
Las emociones juegan un papel
vital en nuestra cotidianidad e influyen en todo momento en nuestras
decisiones, algunas en menor grado, otras de manera más determinante. En el
proceso de conocerme debo ir construyendo las capacidades necesarias
para reconocer y manejar mis emociones y
sentimientos, direccionando mi accionar a lograr un estado de ánimo
positivo, que me permita gestionar sabiamente las relaciones interpersonales.
Influenciarse así mismo, debe
anteponerse a la ejecución de un papel de influencia hacia los demás, en razón
de que en el rol de líder, se aporta lo que se tiene y si no se cuenta con las
cualidades, aptitudes y desarrollo personal necesario, lideraremos con
debilidades, que se multiplicaran en nuestros seguidores. El liderazgo empieza
por el autoliderazgo y este conjunto apertura un sinfín de oportunidades que
nos conducen a un éxito integral y sostenible.
Milciades V. Lembert
Premio Nacional de la Juventud
Director Ejecutivo Propósito Social
Instagram: @milciadesvlembert / Twitter: @milciadesvl
Instagram: @milciadesvlembert / Twitter: @milciadesvl
0 Comentarios