Se cae la hipótesis de tráfico de órganos

Los hechos, pruebas y testimonios desvinculan a la familia Santana del asesinato de Carla Massiel

Reporte del Instituto Nacional de Ciencias Forenses establece la tendencia del imputado Dawin Trinidad a “crear un escenario fantasioso”, y que de “su relato y la documentación analizada” se desprende que siente “una atracción por menores de edad”. 

Las acusaciones e intentos del imputado por el asesinato de la niña Carla Massiel de involucrar a la familia del difunto médico Hipólito Santana, y su interés en mantener una fantasiosa historia de tráfico de órganos han sido desmentidos por las minuciosas investigaciones realizadas sobre cada uno de los hechos denunciados. 

“Las investigaciones y pruebas aportadas por el Ministerio Público desmontan el rosario de mentiras tejido por el imputado Dawin Trinidad para involucrar a la familia Santana con la intención de evadir su responsabilidad en el asesinato de Carla Massiel”, aseguró Luis Rivas, abogado de esta familia. 

La familia Santana se considera víctima del “perverso intento de involucrarla en hechos en los que no ha participado” dijo.

Rivas informó que cuando la familia Santana se enteró de las acusaciones,se puso a disposición de la Fiscalía de Santo Domingo Este mediante una instancia solicitando que se hicieran todas las diligencias e investigaciones para llegar al fondo de los hechos, porque no tenían ninguna relación con esto, y así quedaría limpio su nombre. 

El 25 de junio de 2015 Carla Massiel Cabrera desapareció de la comunidad Los García de Pedro Brand, la Policía investigó este caso y dos testigos interrogados por la Fiscalía vieron la niña el día después de su desaparición junto a dos hombres que identificaron en fotografías y resultaron ser Dawin Trinidad y Juan Cabral Martínez (Chuti), quienes ya habían sido detenidos por otros delitos sexuales cometidos meses después de la desaparición.

INCLINACIÓN A LA FANTASÍA 

Rivas reveló que el peritaje sicológico hecho por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) demuestra que Dawin Trinidad tiene el “trastorno de la personalidad narcisista” con “una inclinación marcada a la personalidad antisocial”, y “patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás, que se produce desde antes de los 15 años de edad”, y se “manifiesta” en el incumplimiento “de las normas sociales” y “los comportamientos legales”. 

El informe también establece su tendencia a inventar y “podría crear un escenario fantasioso”, y de “su relato y la documentación analizada” se desprende que siente “una atracción por menores de edad”. 

UN ROSARIO DE MENTIRAS 

El abogado Rivas explica que el “rosario de mentiras” del imputado comenzó cuando explicó el asesinato como parte de una trama de tráfico ilegal de órganos humanos que tenía como base las clínicas Integral, y después siguió señalando al doctor Santana como la persona que dirigía el tráfico de órganos, señalando a Liliana Santana (hija del doctor Santana) como la persona que le entregó a Carla Massiel y le pagó para enterrarla, asegurando que en la propiedad de los Santana había muchos cuerpos enterrados y que los órganos de la niña fueron extirpados para ser trasplantados al doctor Santana quien, según su versión, no habría muerto como indica su acta de defunción. 

Señalo que las dos clínicas Integral fueron intervenidas por el Ministerio Público y minuciosamente investigadas durante tres días por expertos del Ministerio de Salud y no se encontró ninguna evidencia ni testimonio de actividades relacionadas con trasplante de órganos. 

Rivas destacó que Dawin Trinidad escogió a la familia Santana porque tienen una propiedad en Pedro Brand próxima al barrio donde él vive y residía Carla Massiel, pero de los testimonios de familiares y relacionados recabados a través de un Trabajador Social del Ministerio Público se concluye que no existía tal relación. 

El abuelo de Dawin, Ángel María, dice que “siempre vio a Dawry con un grupo de amigos, pero que no caminaba para donde el doctor Santana”; y su padre, José Trinidad, afirma que conoció “de vista al Dr. Santana, nunca lo traté, y que yo tengo conocimiento, Dawry no lo conocía”, y cuando lo visitó en la cárcel “me dijo que no sabía lo que estaba pasando, y que si conocíamos al Dr. Santana”. 

INVENTÓ LA HISTORIA DE LILIANA 

El imputado, dijo Rivas, afirma que Liliana Santana le entregó la niña y le pagó US$3600 por enterrarla, pero el coimputado Juan Cabral Martínez (Chuti) en su testimonio revela que Dawin Trinidad le pidió que “diga que a mí me dieron 100 mil pesos, dique la hija del dotol me dio 100 mil peso, quieren que yo diga eso, sino me van a mete pal medio”

Dawinme decía, relata en su testimonio, “mira cuando a ti te pregunten si tu ha hablao con la hija del dotol tu le va a deci que si, entonce Dawin me ensañaba una pila de foto, el me enseño la foto de la hija del dotol, y me decía mira esa e la hija de él, tu va a decí que ella te dio 100 mil peso, que yo te llame pa que lo fuera a recoge, tu va a deci eso… Dawin me enseño pila de foto de yipeta, me enseño foto de una homer, de una yipeta roja, de una camioneta gri, me decía que eso eran lo carro de la gente de la finca”.

Otra mentira declarada por Dawin Trinidad, destacó el abogado Rivas, es que habrían enterrados otros cuerpos en la finca de la familia Santana. Aunque los restos de Carla Massiel no fueron enterrados en esa finca, el Ministerio Público allanó la propiedad y no encontró ninguna evidencia que respaldara esta acusación. 

A este intento fallido, recordó Rivas, el imputado sumó otro más: el rapto de la niña habría sido para extraer sus órganos y trasplantarlos al Dr. Santana y que estaba vivo. El Ministerio Público procedió a exhumar el cadáver de Santana y realizar pruebas, en las que verificó que el cuerpo enterrado correspondía al del doctor y no presentaba ninguna cicatriz de cirugía, pues nunca fue operado.

NO CONOCÍA A LILIANA 

Rivas hizo notar que en sus declaraciones, Dawin Trinidad afirma que Liliana Santana es doctora, y esto demuestra que no la conocía, pues ella es sicóloga de profesión y trabaja en la administración de las clínicas, y concluyó que el imputado agregó este dato irreal a su fantasía, asumiendo que podría ser doctora al ser propietarios de una clínica.

Reveló que al momento de la desaparición y asesinato de Carla Massiel el 26 de junio de 2015, Liliana Santana estaba convaleciente de una cesárea por parto prematuro que le fue practicada el 11 de mayo de 2015, y con una cirugía tan reciente no podría haber cargado y manipulado el cuerpo de una niña de 9 años.

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