1 -Tocar un instrumento
musical
Tocar música ayuda a desarrollar la
creatividad, las habilidades analíticas, el lenguaje, las matemáticas, las
habilidades motoras finas y más. Aunque estas son grandes ventajas, algunas
personas afirman que los deportes en equipo tienen los mismos efectos. Sin
embargo, además de eso, tocar instrumentos musicales ayuda a fortalecer el
cuerpo calloso, que conecta los hemisferios del cerebro, mediante la creación
de conexiones.
Un cuerpo calloso fortalecido ayuda
a mejorar las habilidades ejecutoras, la memoria, la resolución de problemas y
el funcionamiento del cerebro en general, sin importar la edad.
2-Leer cualquier cosa
Ya sea que estés disfrutando de Game
of Thrones, Harry Potter o la última edición del Wall Street Journal, estás
recibiendo los beneficios de leer. Leer reduce el estrés, lo cual hace que te
sientas mejor contigo mismo, e incrementa los tres tipos de inteligencia:
cristalizada, fluida y emocional. Eso a su vez ayuda con la resolución de
problemas, conjugando las piezas del conocimiento para “navegar” mejor por la
vida diaria. Asimismo, leer ayuda a detectar patrones, entender mejor los
procesos, interpretar de manera precisa los sentimientos de las demás personas
y responder a ellos.
En el trabajo, esto se traduce en un
mejor entendimiento de cómo aterrizar las ideas y los proyectos, así como en
habilidades directivas más desarrolladas.
3- Ejercitarse con
regularidad
El ejercicio ocasional no es
suficiente. El ejercicio frecuente es mucho más efectivo que las rutinas
intensas que se realizan de manera esporádica. Cuando te ejercitas con
regularidad tus células se inundan con BDNF, una proteína que ayuda con la
memoria, el aprendizaje, la concentración y el entendimiento. A esto también se
le conoce como agudeza mental.
Algunos especialistas creen que sentarse durante periodos prolongados tiene el
efecto contrario, y que impide que nuestro cerebro trabaje tan bien como
podría.
4- Aprender un
idioma
Olvídate de resolver crucigramas
para mejorar tu memoria y mejor aprende un idioma nuevo. Diversos estudios han
demostrado que las personas bilingües son mejores a la hora de resolver
problemas que aquellas personas que hablan únicamente un idioma. Aprender un
idioma nuevo permite que tu cerebro realice mejor las tareas demandantes. Esto
incluye habilidades ejecutoras básicas, como planear o resolver problemas.
Además, hablar por lo menos dos
idiomas afecta de manera positiva tu habilidad para monitorear tu entorno y
enfocar tu atención en los procesos.
5- Poner a prueba tu
aprendizaje acumulativo
Muchos estudiantes inteligentes en
la preparatoria o la universidad se “matan” estudiando para los exámenes
finales y sienten que dominan el tema el gran día. El problema con este método
de aprendizaje es que tendemos a olvidarlo rápido. Una razón por la cual estudiar
un nuevo idioma nos vuelve más inteligentes es que requiere aprendizaje
acumulativo, pues usamos una y otra vez la gramática y el vocabulario
aprendidos.
Aplica el concepto de aprendizaje
acumulativo en tu día a día y tu espacio de trabajo al dar seguimiento a los
fragmentos de conocimiento que adquieres. Revisa las notas que hayas hecho en
tus libros, las observaciones en una negociación importante o lo que hayas
escrito en tu diario personal. Comienza a integrar el aprendizaje acumulativo a
tu programa de mejoramiento personal.
6- Poner tu cerebro a
trabajar
El Sudoku, los rompecabezas,
acertijos, juegos de mesa, videojuegos, juegos de cartas y actividades
similares incrementan la neuroplasticidad. Esto engloba una gran variedad de
cambios en los caminos neurales y las sinapsis, que determinan, en términos
básicos, la capacidad del cerebro de reorganizarse a sí mismo. Cuando las
células nerviosas responden de maneras nuevas, la neuroplasticidad se
incrementa. Esto aumenta nuestra habilidad de ver las cosas desde diferentes
perspectivas, así como de entender las causas y los efectos de comportamientos
y emociones.
De acuerdo con diversos estudios, la
neuroplasticidad hace que las personas sean menos propensas a sufrir ansiedad y
depresión, y más propensas a aprender cosas rápidamente y memorizar mejor.
7- Meditar
En 1992 el Dalai Lama invite al científico Richard
Davidson a estudiar sus ondas cerebrales mientras meditaba para descubrir si
éstas cambiaban. Cuando él y otros monjes meditaron enfocándose en sentir
compasión, sus ondas cerebrales mostraron que se encontraban en un profundo
estado compasivo. Los resultados completos fueron publicados en el Proceedings
of the National Academy of Sciences en 2004 y después en el Wall Street
Journal, donde recibieron una gran cantidad de atención.
La meditación cobró relevancia para
las personas ambiciosas porque se demostró científicamente que podemos
controlar nuestras ondas cerebrales y sentir lo que queramos sentir, cuando
queramos hacerlo. Esto significa que podemos sentirnos más poderosos antes de
una negociación, más confiados antes de pedir un aumento o más convincentes
durante una llama de ventas.
La idea general es que el cerebro
puede desarrollarse mucho más, y que nosotros llevamos las riendas de este
desarrollo. Diferentes actividades estimulan diferentes áreas del cerebro, así
que puedes enfocarte en tus fortalezas así como en tus debilidades. Fortalecer
tu cerebro es una buena idea, sea cual sea tu caso.
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